martes, 19 de octubre de 2010



Un nuevo informe sobre el peligro de extinción de los rinocerontes desvela que muchos cazadores furtivos han colgado las escopetas y ahora medican a sus presas para cargárselas. Además, el estudio señala Zimbawe y Sudáfrica como los puntos negros de caza, una lacra que acabará pronto con las distintas especies de rinocerontes si no se toman medidas drásticas.
A pesar de los esfuerzos de protección, la caza de rinocerontes no sólo va en aumento, sino que van sofisticándose los métodos de captura. Según un informe de la WWF y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), los medicamentos son los principales enemigos del rinoceronte. Por un lado, las fórmulas veterinarias con las que ahora está de moda cargárselos y, por otro, el comercio ilegal de cuerno de rinoceronte ha aumentado en los mercados asiáticos de medicamentos.
Los ecologistas advierten de una falta de aplicación de las leyes que prohiben su caza. Y ello, por supuesto, también alienta la caza furtiva. Esta llamada de atención va por dos países en especial, auténtico paraíso para balas con hambre de rinocerontes: Zimbawe y Sudáfrica, donde el informe encontró que se produce el 95% de la caza furtiva de rinocerontes en África desde 2006. Los datos hablan por sí solos: entre 2006 y 2009, 210 bajas en Sudáfrica, y 235 más en Zimbabwe.

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